Genera IA incertidumbre entre jóvenes trabajadores

Con la incorporación de la inteligencia artificial en el entorno laboral, una nueva generación de trabajadores se encuentra en el centro de la transformación: los centennials.
La Generación Z, nacida entre finales de los años noventa y principios de los 2000, ha comenzado a establecer su trayectoria profesional en un contexto dominado por la automatización, el uso de algoritmos y la dependencia creciente de herramientas digitales. Un panorama que genera temores, pero también oportunidades.
Según un estudio elaborado por la firma EY, el 58 por ciento de los centennials prevé que el uso de inteligencia artificial aumentará en su vida laboral. Este dato no sorprende si se considera que, de acuerdo con una encuesta de Google, el 93 por ciento de los jóvenes trabajadores en Estados Unidos utiliza al menos dos herramientas de IA por semana.
Las plataformas más comunes, entre ellos incluyen ChatGPT, Perplexity, Grammarly y Otter.ai, entre otras. Su objetivo: reducir el tiempo dedicado a tareas repetitivas, mejorar la organización y enfocar sus esfuerzos en trabajos más creativos o estratégicos.
Los centennials destacan principalmente tres beneficios de la IA en su trabajo diario: el 58 por ciento valora el ahorro de tiempo en tareas rutinarias, el 53 por ciento resalta su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y el 41 por ciento considera que ayuda a reducir errores humanos.
Estas ventajas permiten que los jóvenes se concentren en procesos de mayor valor agregado, como la resolución de problemas complejos o el desarrollo profesional.
El entusiasmo, sin embargo, convive con una preocupación creciente. El 43 por ciento de los jóvenes consultados por EY teme que la IA provoque un aumento del desempleo. Este mismo porcentaje advierte sobre un posible deterioro de las capacidades humanas, como el aprendizaje y la creatividad. Además, un 39 por ciento identifica como un riesgo importante la generación de información falsa por parte de las herramientas automatizadas.
En las percepciones de los jóvenes se observa también una subvaloración de las habilidades éticas. Según el mismo informe, la ética ocupa un lugar bajo en la lista de competencias prioritarias para interactuar con la IA. Este dato adquiere relevancia si se considera que más de la mitad de los centennials se informa sobre estos temas a través de redes sociales, un entorno poco regulado y con altos niveles de desinformación.
La integración de la IA en el ámbito laboral ha revelado una brecha significativa entre el mundo académico y el sector productivo. El 42 por ciento de los centennials percibe que sus profesores desaprueban el uso de IA, mientras que solo el 15 por ciento cree que sus empleadores se oponen a estas tecnologías. Esta diferencia refleja la tensión que enfrentan las instituciones educativas: formar a los estudiantes para un entorno altamente tecnificado sin fomentar una dependencia pasiva de los algoritmos.
El informe de EY advierte que, aunque los jóvenes comprenden los fundamentos básicos de la IA —el 69 por ciento identifica correctamente qué tareas o productos utilizan esta tecnología—, presentan limitaciones para optimizar su uso (56 por ciento) y evaluar críticamente su funcionamiento y límites (44 por ciento).
A pesar de los riesgos, la Generación Z parece estar ganando una ventaja laboral gracias a su familiaridad con la IA. Una encuesta realizada por Microsoft y LinkedIn a 31 mil trabajadores del conocimiento reveló que el 71% de los empleadores prefiere contratar candidatos con habilidades en inteligencia artificial por encima de aquellos con experiencia convencional.
Además, el 80 por ciento de los responsables de contratación aseguró que asignaría más responsabilidades a quienes dominen estas herramientas.